sábado, 18 de mayo de 2013

Introducción a un ensayo sobre W. Dilthey y su investigación sobre la historia humana. El giro hermenéutico presencial.



Antes de comenzar… me gustaría centrar mi atención en este momento. No el momento del lector, sino el momento en el que se suceden las letras, que formando palabras, acaban terminando de construir frases con significado propio, dónde antes sólo había ausencia de significado, palabras, letras. Si bien es cierto que dejaré mi presencia aquí, esculpida en palabras, no será toda mi presencia, sino aquella que deseo mostrar. Y no abarco todo el tiempo que contiene todo aquello que deseo hacer presencial, sino el instante en el que voy tecleando cada una de las letras que muestran, el ahora, en conjunto, mi presencia aparente.
A lo largo de este mostrar mi presencia, numerosos fenómenos pueden ocurrir a mi alrededor, de hecho no sería descabellado pensar en que la actividad de escribir puede compaginarse con el acto de oír a Beethoven, o de tomar té; claro que el acto de oír no conlleva el uso de las manos, y puedo dejar constancia de ello en este momento. Puedo escribir: “En este momento tecleo letra por letra este texto y oigo a Beethoven”, sin embargo, sólo en el hecho de afirmar que no todo este instante, mi instante, mi ahora y no el del lector, es aquello que queda escrito, ya estoy proporcionando indicios para que el lector pueda hacer uso de su imaginación y completar, si así lo desea el momento en el que deseo detenerme. De este modo mi presencia, quedaría recogida como mi presencia aparente, aquella que yo quiero hacer presente, aquellos nodos de tiempo (que conforman el contenido del Tiempo) que recuerdo, y que únicamente mediante la escritura puedo dejar congelados entre las aguas de un río, el Tiempo, que no cesa de fluir. Esta, mi presencia aparente será recogida por los sentidos del lector, comprendida, será mi presencia en ti, no ya mi presencia aparente, pues no será así considerada si no recibe mis advertencias. Esta mi presencia en ti, será actualizada en el lector, comprendida en este por “su presencia”, en referencia a mi como escritor. Pero nada más alejado de mi presencia que esta presencia que parezco dejar en mis escritos.
Pensar que mi presencia queda plasmada aquí es como pensar que el Tiempo queda detenido al mirar ahora el reloj (¿que ahora?¿el de mi momento en el que miro el reloj?¿o en el que mira el reloj mi lector?); mis palabras se presentan como un portal cerrado que no puede ser abierto de forma real más que por aquel que las ofrece, pudiendo ser imaginado su interior, e incluso abierto por mi logos, ofreciendo una morada incompleta, ya que a la apertura de mi presencia he de sumar otra problemática, es decir, mi vida, y el tiempo en el que transcurre no pudiendo captarse en su totalidad hasta mi muerte, la cual me será imposible narrar.
Mi presencia pues, la que aquí dejaré plasmada no es la totalidad de mi presencia, ni por tanto la totalidad de mi tiempo, de mi vida; sino que será lo que mi presencia y mi tiempo, mi vida, es al Tiempo real, el cual sólo se hace patente en la conjunción de unidades o nodos llamados ahora, que se conectan entre sí sin cesar su devenir, y los cuales se desvanecen quedando como sombras, recuerdos; aquellos no podrán ser momento más, sino momento-pasado, recuerdo, como la huella que deja un zapato en el barro, la cual sólo obtiene su sentido si esta es comparada con el zapato y con el que lo calza.
Dejo pues al lector con mi exposición sobre W. Dilthey y Heidegger sobre la cuestión por el Ser de la vida humana y la historia; dejando constancia de que ni mi presencia presente es la misma que mi presencia pasado con la que comencé este texto, ni las vuestras, mis lectores, serán las mismas presencias presentes ahora (que lees esto) que la presencia presente-futuro en la que nos encontraremos (con distinción de temporalidad pasado-presente-futuro) cuando terminen de leer lo que a continuación y a través del futuro-presente pasaré  exponer. 26 de Abril del año 2013 del calendario gregoriano.

File:Dilthey1-4.jpg   http://es.wikipedia.org/wiki/Wilhelm_Dilthey                http://es.wikipedia.org/wiki/Heidegger



1 comentario:

  1. Sigue escribiendo... y enamorándome con ello pequeño gran hombre. Tus palabras llegará tan lejos como imagines y confíes. Y tu muda voz será escuchada hasta la cima de las montañas. Pero siempre con respeto y con inteligencia David. Cuidate mucho artista, sigue volando...

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